Intenso fin de semana dónde las universitarias han disputado dos encuentros, uno adelantado de la jornada 24 frente al R.C. Celta, y el correspondiente a la jornada en curso, frente al equipo revelación del campeonato, el Ponce de Valladolid.
El viernes disputaron su enfrentamiento en tierras viguesas, ante un Celta que salió a por el partido desde el pitido inicial, poniendo más garra e intensidad que las pupilas de Juanjo Moro. Aún así, y a pesar del largo y cansado viaje hasta tierras gallegas, intentaron mantener el tipo durante el primer cuarto del partido, donde las diferencias eran escasas en ambos conjuntos.
En el segundo cuarto fué donde las locales consiguieron abrir una pequeña brecha en el marcador, como inicio de lo que les esperaría a las universitarias en el siguiente cuarto, dónde los tiros visitantes parecía que no querían entrar, ya que tras dar un par de vueltas en el aro, salían fuera constantemente. La intensidad de las locales, tanto en ataque como en defensa, conseguía capturar un rebote tras otros, mientras que las leonesas observaban atónitas como se iban en el marcador hasta los veinte puntos de diferencia, con un cuarto todavía por disputar.
En el último cuarto, y ya con el partido sentenciado, las visitantes redujeron un poco la diferencia en el marcador, a la vez que los trencillas pitaban a favor de las universitarias todas las faltas que no pitaron en los tres cuartos anteriores.
Viaje demoledor, con un pobre botín el realizado el viernes a tierras gallegas.
El domingo recibían al que es sin duda alguna el equipo revelación de la Liga, el recién ascendido Ponce de Valladolid, un conjunto muy joven que se está manteniendo entre los primeros puestos de la tabla con mucha solvencia a lo largo de la temporada.
Partido muy importante para las locales, ya que la racha de derrotas parecía a priori que se iba a incrementar, con el agravante, además, de que en el equipo universitario no estaba Nuria Calvete.
El primer cuarto parecía indicar que las chicas de Moro sumarían una nueva derrota, ya que las visitantes hacían gala de un gran acierto en sus tiros, sobre todo desde el perímetro, alcanzando ventajas que al comienzo del segundo cuarto se habían ido ya hasta los 16 puntos. Pero la reacción local no se hizo esperar más, y tras un contundente parcial se fueron al descanso puntos por arriba en el marcador.
La tónica leonesa seguió en el siguiente periodo, donde las universitarias alcanzaron la máxima renta a su favor, de unos 15 puntos, aunque las visitantes no entregaron nunca el partido, y parecía que volvían despertar y se sacudían el ataque local, recortando poco a poco la ventaja obtenida por las locales.
El último cuarto fue épico, en el sentido de que las leonesas empezaban acusar el sobreesfuerzo del viaje y partido del viernes, así como la acumulación de personales en alguna de sus jugadoras clave, y la ya mencionada ausencia de Nuria Calvete, con lo que las pupilas de Tató veían como poco a poco limaban la desventaja y se acercaban en el marcador, hasta ponerse a tan sólo un punto a falta de poco más de 30 segundos para la conclusión del partido, pero en la línea de tiros libres volvió a aparecer María Peña, gran artífice de la remontada, para volver a abrir distancia en el marcador hasta el 69-66 con el que acabó el choque.
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