UNIVERSIDAD LEÓN 91 - MARISTAS CORUÑA 63
UNIV. DE LEÓN: Silvia (5), Lau (3), Nuria (21), Ana (14), Alba (17) -cinco inicial- Sandra (11), Nati (2), Elena (1), Natalia (4), Yaiza (-) y Rita (13).
MARISTAS CORUÑA: Fontela (13), Núñez (13), Fontela V. (10) Martínez (10), García (5) -cinco inicial- Fornos (5), Torre (4), López (-) y Lema (3).
ÁRBITROS: Zarzuelo y Pellitero.
PARCIALES: 25-16; 22-14; 29-13 y 15-20.
Buen partido universitario ante un equipo gallego que sucumbió estrepitósamente ante el ataque leonés.
Sin duda alguna, las señas identificativas del equipo de Susana Lousame son la intensidad y la agresividad en defensa. Lo fue la temporada pasada, y se repite en esta. Un equipo, el gallego, que sale desde el segundo uno de juego a darlo todo: a apretar las líneas de pase, a dar una gran intensidad defensiva, y a intentar hacer correr al rival. Merced a esa filosofía, mientras las leonesas se acaban de asentar en los primeros dos minutos de juego, el parcial a favor del equipo visitante era ya de 0-7. Pero las de Juanjo Moro, no se dejaron amedrentar, y devolvieron ese parcial con otro de 8-0 que las colocaba por delante en el marcador, mandando en el electrónico durante los 37 minutos restantes.
Quizás una de las claves fueron los certeros ataques leoneses en los últimos compases del primer cuarto, que permitían abrir una cómoda brecha en el resultado de nueve puntos, que sin duda alguna hirió en la línea de flotación a las herculinas, que habían sabido mantener cerca a las leonesas, hasta ese momento, en el marcador.
Los siguientes cuartos siguió con el dominio leonés en el juego, marcando el ritmo, y no dejándose contagiar por la agresividad y propestas reiteradas de las gallegas, ampliándo la ventaja ostensiblemente, para irse a los vestuarios con 17 puntos de ventaja, y mandando al inicio del último cuarto por 33 puntos.
Las rotaciones en ese último periodo permitieron a las de Maristas reducir algo la distancias y ganar ese único cuarto, aunque es de alabar la intensidad demostrada durante los cuarenta minutos de juego, a pesar de la diferencia en el marcador, no bajando nunca los brazos y jugando cada balón como si fuera el último.
UNIV. DE LEÓN: Silvia (5), Lau (3), Nuria (21), Ana (14), Alba (17) -cinco inicial- Sandra (11), Nati (2), Elena (1), Natalia (4), Yaiza (-) y Rita (13).
MARISTAS CORUÑA: Fontela (13), Núñez (13), Fontela V. (10) Martínez (10), García (5) -cinco inicial- Fornos (5), Torre (4), López (-) y Lema (3).
ÁRBITROS: Zarzuelo y Pellitero.
PARCIALES: 25-16; 22-14; 29-13 y 15-20.
Buen partido universitario ante un equipo gallego que sucumbió estrepitósamente ante el ataque leonés.
Sin duda alguna, las señas identificativas del equipo de Susana Lousame son la intensidad y la agresividad en defensa. Lo fue la temporada pasada, y se repite en esta. Un equipo, el gallego, que sale desde el segundo uno de juego a darlo todo: a apretar las líneas de pase, a dar una gran intensidad defensiva, y a intentar hacer correr al rival. Merced a esa filosofía, mientras las leonesas se acaban de asentar en los primeros dos minutos de juego, el parcial a favor del equipo visitante era ya de 0-7. Pero las de Juanjo Moro, no se dejaron amedrentar, y devolvieron ese parcial con otro de 8-0 que las colocaba por delante en el marcador, mandando en el electrónico durante los 37 minutos restantes.
Quizás una de las claves fueron los certeros ataques leoneses en los últimos compases del primer cuarto, que permitían abrir una cómoda brecha en el resultado de nueve puntos, que sin duda alguna hirió en la línea de flotación a las herculinas, que habían sabido mantener cerca a las leonesas, hasta ese momento, en el marcador.
Los siguientes cuartos siguió con el dominio leonés en el juego, marcando el ritmo, y no dejándose contagiar por la agresividad y propestas reiteradas de las gallegas, ampliándo la ventaja ostensiblemente, para irse a los vestuarios con 17 puntos de ventaja, y mandando al inicio del último cuarto por 33 puntos.
Las rotaciones en ese último periodo permitieron a las de Maristas reducir algo la distancias y ganar ese único cuarto, aunque es de alabar la intensidad demostrada durante los cuarenta minutos de juego, a pesar de la diferencia en el marcador, no bajando nunca los brazos y jugando cada balón como si fuera el último.
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